domingo, 9 de mayo de 2010

El Mito y su vigencia como relato explicativo de la realidad

Dado el interés y las dificultades que genera el entendimiento acerca de la vigencia de las explicaciones míticas,- en nuestra cultura y en cualquier otra, presente o futura- les dejo aquí un muy interesante artículo de la Sociedad Argentina de Citología, con buena bibliografía de base.


Martes 16 de Febrero de 2010 

VIGENCIA de DRÁCULA, el VAMPIRO HEMATÓFAGO

Marcos Peluffo

Publicado en Porto Alegre, RS: Jornal Mente Corpo 2009.

El tema de tapa de la Revista Cultural Ñ publicada en noviembre de 2006, fue dedicado a Drácula y a los orígenes del mito del vampiro 1. Dos autores, Jorge Aulicino y Marcelo Pisarro, analizaron en profundidad la vigencia de la leyenda y las últimas obras publicadas sobre el tema. Así, se anticiparon en tres años al furor actual por el vampirismo, que ha estallado en la literatura, el cine y la TV.


Aulicino afirma con exactitud que el personaje imaginario creado por el irlandés Bram Stoker (1847-1912) universalizó el mito del vampiro y lo convirtió en el más poderoso de la cultura popular, una proeza literaria que lo aproxima a Homero, Cervantes y Shakespeare.
Desdeñada al principio por los críticos, la novela no ha dejado de publicarse desde su aparición en 1897. El impacto teatral impulsó la difusión del libro y le abrió las puertas del cine, lo que afianzó su éxito mundial. Oscar Wilde la calificó como "la novela más hermosa del siglo" y, según Cabrera Infante, Drácula es la obra maestra de la literatura pop 14, 32.
En la edición erudita de Juan A. Molina Foix 14, la bibliografía sobre el tema ocupa más de 30 páginas y se multiplica sin cesar. Esta notable actividad paralela se vincula con varios interrogantes que plantea la novela. Nadie se explica bien cómo, un oscuro escritor, de obra poco extensa y apenas destacable, logró escribir la más famosa novela de horror de la literatura. Y que el libro se haya convertido en un clásico mundial indiscutible, a pesar de su limitada ejecución técnica *. Y se destaca un hecho curioso pero innegable: todo el mundo conoce a Drácula, pero no a su autor. Bram Stoker es el único creador de un mito universal cuyo nombre es desconocido. Como en el aprendiz de brujo, las fuerzas desatadas por el mito sepultaron a su creador.
El mito entonces, es la clave del éxito sorprendente de la obra.
Cuando se analiza el fenómeno, es habitual exagerar los aspectos metafísicos o "sobrenaturales" del mito y del personaje: la eterna lucha entre el Bien y el Mal, el Demonio personificado en Drácula -un cadáver viviente que no envejece-, los universos irreconciliables -real y sobrenatural- que se yuxtaponen, la personalidad escindida, la simbología sexual sado-masoquista y un arsenal de disparatados recursos terroríficos sobre vampirismo, extraídos de antiguas supersticiones folklóricas de pueblos eslavos del este de Europa. Bajo este enfoque, en el artículo mencionado al principio, Drácula es definido como "un muerto imperfecto", una definición que lo homologa a los "muertos vivos" o a los "no-muertos" de la ciencia-ficción..
Pero esta visión "metafísica" de Drácula elude y omite la calificación y el análisis de su acto físico más aberrante: beber sangre humana, un acto de antropofagia, el tabú más primitivo y poderoso de la cultura. Esta sugestiva omisión está facilitada porque la ingestión de sangre humana en la obra aparece sólo sugerida, o se la describe con eufemismos inofensivos -o infantiles- como "chupar", "succionar", "lamer", "absorber", "aspirar", "transfundir" o "intercambiar". La palabra correcta: "beber" (sangre), aparece una sola vez en las 627 páginas del libro original, a pesar de que la sangre humana es el único alimento del vampiro. Y la palabra tabú "antropofagia", o su sinónimo "canibalismo", brillan por su ausencia en la obra de Stoker y en las de todos los analistas consultados 1,14,15,21,22,23,24,32.


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* La novela, escrita en estilo epistolar, se vale sólo de elementos narrativos, como diarios personales, cartas y recortes periodísticos. La trama gira alrededor de la lucha de un puñado de hombres contra el conde Drácula, un no-muerto que, necesitado de sangre humana, planea trasladarse de Transilvania a Londres, y allí crear un ejército de vampiros leales. Es curioso saber que, en vida de Stocker, la obra se perdió entre las más de 17 novelas que escribió el autor. Incluso en su necrológica, escrita en 1912, cuando murió a los 64 años, ni aparece mencionada 33. También es justo destacar que, un año antes que Drácula, en 1896, Méliès filmó Le manoir du diable, donde ya había un viejo castillo misterioso, un murciélago que se convertía en el mismísimo Mefistófeles y un crucifijo empleado como conjuro 38.____________________________________________________________________


Es evidente que el gran acierto intuitivo de Stoker fue ocultar la antropofagia de Drácula y presentarla en forma disimulada, como ingestiones parciales de sangre que no matan a la víctima, ingestiones camufladas bajo los eufemismos citados, o sea, una hemato-antropofagia encubierta y "tolerable". Hoy, bajo el imperio de la manía dietética, el vampirismo de Drácula sería una antropofagia light. La antropofagia carnívora completa, en cambio, es intolerable por homicida, y el rechazo horrendo que genera hubiera aniquilado la obra y el mito instantáneamente *.

Haber disimulado el canibalismo es, justamente, la clave del éxito del mito, del personaje y de la mediocre obra literaria. En este sentido, exagerar los aspectos metafísicos del mito del vampiro es un sutil mecanismo intelectual de negación, para ocultar su intolerable e innombrable esencia antropofágica.
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* Sugestivamente, la inspiración del personaje y del nombre Drácula están vinculados con la antropofagia. Stoker tomó ese nombre del soberano de Valaquia, Vlad III (1431-1476), un personaje histórico que se hizo famoso en la guerra contra los turcos por sus atrocidades espeluznantes, entre las cuales se destacan las orgías antropofágicas a las que sus víctimas eran obligadas 14,15,18. Por eso se le apodaba Drácula o Draculea, epíteto peyorativo que significa "demonio".
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Antecedentes evolutivos

En la prehistoria nómade de millones de años, el lapso más prolongado de la evolución humana, la antropofagia fue una costumbre de la que prácticamente ninguna raza o pueblo estuvo ajeno.2,3,4 Las pruebas de su habitualidad prehistórica aumentan a medida que se perfeccionan la paleontología y la arqueología 6,7, 8.
En la época de la Conquista, todos los pueblos naturales de América, menos los incas, la practicaban con naturalidad y en gran escala 9,16. Y se mantuvo vigente, hasta la actualidad, en las comunidades en estado paleolítico, como los papúas de Nueva Guinea, mal llamados "cazadores de cabezas"; en realidad cazadores de hombres con el único fin de devorarlos 5.
Si la antropofagia se practicó universalmente durante millones de años, el rechazo conciente y la negación inconciente por ese crimen ancestral (o "pecado original") esconde el horror y el terror al pasado antropofágico latente. Varios hechos antropológicos apoyan esta interpretación:

1) Los historiadores, dominados por el tabú, han ignorado (u ocultado por razones pedagógicas) la verdadera magnitud de la antropofagia ancestral en Eurasia. Pero en América, a pesar de los esfuerzos por ocultarla, las pruebas fueron directas, concluyentes y abrumadoras. La práctica antropofágica americana era de dos tipos: la directa e indiscriminada, practicada por todas las tribus nómades (como los caribes y guaraníes) y la sublimada y selectiva (o ritual religiosa), practicada en las incipientes culturas urbanas mesoamericanas (como Mayas y Aztecas).
Todas las tribus nómades americanas, practicaban la antropofagia directa (no ritual) contra las tribus enemigas 2, 9 *. Y también las incipientes culturas neolíticas meso-americanas (Olmeca, Maya y Azteca), a pesar de cultivar y alimentarse con maíz, seguían practicando simultáneamente (y en gran escala) la antropofagia ancestral. En el apogeo de Tenochtitlán, la metrópoli imperial azteca, eran sacrificados en altares y devorados ritualmente entre 20 y 50 mil personas por año,3,4 un holocausto que piadosa y pedagógicamente se intenta ocultar, pero que está documentado y admitido por la historiografía prehispánica oficial de México 2,5,6,9,10.
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* Las guerras entre las tribus nómades americanas eran verdaderas cacerías humanas de exterminio con fines alimenticios. Los caribes en las Antillas fueron los más feroces: castraban a los varones capturados vivos para que engordaran más rápidamente y embarazaban y "cuidaban" a las mujeres jóvenes para devorar al feto o al recién nacido y luego a la madre 2, 9.
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2) La mitología y las religiones más importantes de Occidente recrean simbólicamente en sus textos y liturgia filicidios antropofágicos, como la eucaristía, en la cual los fieles ingieren la carne y la sangre del hijo de Dios.
En Occidente, la palabra Carnaval deriva del italiano carnevale y éste del latín carnem levare (quitar la carne), que se remonta a primitivas orgías antropofágicas de los comienzos del imperio romano, donde los participantes ocultaban su identidad con máscaras.

3) Los clásicos y más difundidos cuentos infantiles europeos, Caperucita Roja, La Bella Durmiente y Hansel y Gretel, cuyos autores Charles Perrault y los hermanos Grimm los adaptaron de antiquísimas tradiciones orales, incluían originalmente el canibalismo de niños, el que fue suprimido en las versiones modernas 11.

4) En plena modernidad cultural no cesan de surgir personajes mitológicos de arraigo popular que representan una regresión a la ferocidad animal arcaica: el hombre-mono (Tarzán), el hombre-lobo (el Lobizón), el hombre-vampiro (Drácula), el hombre-murciélago (Batman) y el hombre-araña (Spiderman). La antiquísima afirmación: "El hombre es el lobo del hombre" (homo hominis, lupus) y la antigua superstición folklórica del hombre-lobo nocturno, el lobizón (homologable al vampiro), son claramente antropofágicas.
La terrorífica atribución de ferocidad a los animales, como toda demonización, oculta una realidad inversa: el hombre es el mayor depredador carnívoro de la historia y el responsable de la extinción de la megafauna en todos los continentes, excepto aquellos animales creados o criados por él con fines alimenticios *.
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* En el ensayo La Vaca de Juan J. Becerra, hay constantes referencias a la sangre y la violencia. Mediante un procedimiento acumulativo que busca despertar conciencias sin moralizar, se transmite la idea de que la ganadería significa la matanza sistemática de seres vivos para ser devorados por otros, "sin ningún remordimiento". El ensayo termina siendo un feroz alegato anticarnívoro que remite al ilustre antecedente de Robert Louis Stevenson, con su afirmación de que "comemos bebés que, secillamente, no son los nuestros". Por eso Becerra concluye que el asado argentino "es menos una operación alimenticia que una bacanal de ex caníbales" 26.
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5) Los tabúes del homicidio no antropofágico y del incesto son tabúes "débiles" por ser históricamente recientes y, por lo tanto, son crímenes "tolerables" que no sorprenden a nadie. En cambio, un antropófago espanta y conmociona la opinión pública mundial. Su crimen es intolerable porque transgrede el tabú cultural más primitivo y poderoso.

6) Todas las hambrunas de la historia moderna, como las que sucedieron en las últimas guerras mundiales, registraron episodios de canibalismo en el campo y en las grandes ciudades. Lo mismo sucedió en las conmociones provocadas por las reformas agrarias de Rusia y China 12,13. Así se explica que "los períodos de guerra, las crisis económicas y la zozobra cultural den origen a la producción de ficción sobre fantasía y vampiros", afirma Tomás Garza, de la Universidad de Texas y especialista en las tradiciones populares de vampiros 37.

7) Y en el imaginario colectivo adulto hay que destacar:
a) La fantasía del "niño asado", detallada por la psicoanalista Marie Langer en su clásico tratado Maternidad y Sexo 25, y
b) La persistencia del mito del vampiro, que aparece en la mitología de todas las culturas 1, 32 y que hoy, gracias a Drácula, ha alcanzado la popularidad mundial. Desde Nosferatu, de Friedrich W. Murnau, hasta el Drácula, de Francis Ford Coppola*, la difusión fílmica de la obra reactivó el mito y el pánico irracional por el vampirismo, ya que es sabido que los murciélagos son insectívoros y absolutamente inofensivos**.
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* Nosferatu, una sinfonía del horror (Friedrich Murnau, 1922), un clásico del cine mudo expresionista alemán, es considerada la primera película de terror de la historia del cine y la primer película verdaderamente relevante sobre el tema vampírico 38. Fue protagonizada por el actor Max Schreck, que encarnó al Conde Orlok, una versión de la figura creada por Bram Stoker.
Drácula (Tom Browning, 1931), fue interpretada por el actor húngaro Bela Lugosi -nacido, incluso, en Transilvania- que ya había vestido las ropas del Conde en una versión teatral. La película fue la primera versión sonora del personaje. Lugosi no sólo murió creyéndose un vampiro, sino que fue enterrado con la capa del personaje que lo inmortalizó; pero que también lo "vampirizó".

** El gran naturalista Carlos Linneo aumentó la confusión zoológica al bautizar un murciélago gigante de América central de hasta 14 cm. de envergadura como Vampyrum spectrum. Linneo pensó errónemente que chupaba la sangre (de las mil especies clasificadas, sólo tres lo hacen realmente), seguramente influido por el folklore popular 34.
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Un mito inmortal y el éxito de los vampiros posmodernos

En los últimos tiempos, la literatura, el cine y la TV han redescubierto la eterna atracción del mito sobre el público, que se traduce en rating, taquilla y tendencia.
Primero, fue el éxito editorial desmesurado de la saga de libros sobre vampiros creados por Stephenie Meyer* y de la versión fílmica de su primer volumen, "Crepúsculo". En ellos, el galán principal es Edward Cullen, un apuesto y joven vampiro de 90 años que no envejece (y que "no ejerce" 32). Ha enamorado a Bella Swan, su pareja adolescente y ha seducido magnéticamente a todo el público femenino adolescente. Esta obra ya es un best seller que ha destronado en ventas a la saga de Harry Potter, nada menos. Según parece, el gusto de los lectores jóvenes de los EE.UU. ha cambiado, desplazándose desde las historias de magia a las historias de vampiros. En sus primeros cuatro años, desde octubre de 2005 hasta mayo de 2009, vendió más de 42 millones de ejemplares en todo el mundo, un verdadero mega-best-seller.

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* Los cuatro libros de la saga fueron apareciendo en el siguiente orden: 1. Crepúsculo, 2. Luna Nueva, 3. Eclipse y 4. Amanecer. En el primer volumen, la vida de Bella Swan dará un giro inesperado cuando conozca al seductor y misterioso Edward Cullen, que oculta muy bien su identidad vampírica. En el segundo libro, Bell se enamora perdidamente de Edward quien, para evitar serios riesgos en la vida de Bella y sus allegados, cortará su relación con ella. En el tercero, nuevos peligros esperan a Bella.Una tropa de neófitos (vampiros recién convertidos) liderados por Victoria, su antigua enemiga, tiene como único objetivo terminar con ella por un antiguo ajuste de cuentas. El cuarto y último tomo de la "saga Crepúsculo", está dividido en tres partes, que narran el matrimonio de Bella y Edward, la luna de miel y el difícil embarazo de Bella, que pondrá en peligro su vida. Todos los volúmenes han sido editados en español por Aguilar.
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Además, en enero de 2009 comenzó True Blood, una serie de Alan Ball, que va por su segunda temporada, y que cuenta con una fauna variopinta de personajes enterradores y vampiros, con la novedad del tráfico de la sangre de los no-muertos (el V-Juice, de propiedades afrodisíacas). En Latinoamérica, para no ser menos, se pudo ver en enero del mismo año, la extravagante miniserie mexicana Gabriel, amor inmortal, en la que el cantante pop Chayanne y el Puma Rodríguez interpretan un par de longevos vampiros víctimas del conquistador Francisco Pizarro, "primer vampiro del continente" 36. En 2009, además de la segunda parte de Crepúsculo, Luna Nueva, se filmaron dos películas en Hollywood con vampiros: Let The Right One In, la remake norteamericana de un film danés, y Priest, una adaptación de un comic que utiliza el western para contar la historia de la lucha entre los humanos y los vampiros. En febrero se estrenó la tercera parte de Inframundo, una fantasía que agrega licántropos y explica el origen de la guerra entre los vampiros y los hombres-lobo. Para completar el cuadro, Guillermo del Toro, uno de los más respetados autores cinematográficos mexicanos del género fantástico, presentó Nocturna, la primera entrega de su Trilogía de la Oscuridad, serie literaria sobre vampiros. Las dos próximas novelas serán Oscura y Eterna, de las que promete una futura adaptación a la pantalla grande 39.
Estos vampiros posmodernos no responden al modelo clásico: en el libro de Meyer no tienen colmillos, ni hay ajos, cruces ni seres que duermen en ataúdes. Estos vampiros -y también los nuevos hombres-lobos- conviven con los humanos, comparten sus costumbres y son capaces de autocontrolarse y experimentar sentimientos. El primer libro de Meyer vendió 17 millones de libros en 37 idiomas y la película Crepúsculo recaudó U$S 150 millones en el primer mes de exhibición en los EEUU.22,23. El sitio oficial del film en Internet recibió más de 9 millones de visitas y si se teclea Drácula en Google se registran más de 13 millones de entradas a páginas web de vampirólogos y fanáticos. También hay ya más de 120 comunidades de adictos, organizadas para escribir sobre la obra 24,34. Los fanáticos tienen sus propios blogs y fotologs, en los que organizan reuniones en distintas ciudades 29.
El mercado audiovisual necesitaba nueva sangre para soportar la crisis y quien mejor para proveerla que los descendientes (modelo siglo XXI) del conde Drácula 20,21.
Pero la popularidad de los vampiros, reforzada por Meyer y sus múltiples adaptaciones, viene de la novela de Stoker y, sobre todo del cine, que se ha valido del mito para generar terror y agitar la fantasía. Pero también ha puesto el acento en el carácter romántico-erótico de sus historias, las combinó con otros géneros, el western, la ciencia ficción, el musical, los films de acción y hasta hasta la pornografía, y ha dado pie a comedias, algunas tan memorables como La danza de los vampiros, de Roman Polansky. A esta altura, bien puede decirse que los vampiros deben su verdadera inmortalidad al cine 38.

Interpretación de la universalidad y persistencia del mito

Las interpretaciones del mito vampírico evolucionan según la época. Las hay históricas, políticas, religiosas, sexuales y sociológicas, resumidas en forma didáctica por Alberto Farina en "El éxito del vampiro posmo" 22.
La primera interpetación es histórica-sociológica. Drácula personifica una antiquísima mitología terrorífica sobre vampirismo, proveniente de supersticiones folklóricas* centro-europeas, especialmente rumanas y húngaras 38. En esto concuerdan todos los analistas **. Y el folklore, por definición, se origina en las clases populares, o sea, en el proletariado urbano y el campesinado rural. Estas clases fueron construyendo el mito vampírico a través de los siglos, hasta que Bam Stoker lo condensó en un personaje singular: Drácula, "el" vampiro.

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* El término folklore fue acuñado en 1846 por W.J.Thoms y sustituyó al de antigüedades populares, y hace referencia al conjunto de tradiciones, creencias y costumbres de las clases populares. Son manifestaciones culturales transmitidas generalmente por vía oral, entre las que se incluyen los cuentos, leyendas, mitos, dichos, supersticiones, canciones, danzas, fiestas, juegos, etc. En la segunda mitad del siglo XIX se constituyó en ciencia, al pasar de la simple recopilación de tradiciones populares a un estudio crítico e histórico de éstas. En la actualidad forma parte de la antropología cultural y social.

** En los pueblos eslavos del este de Europa, los espíritus de los fallecidos no sólo eran venerados, sino también temidos, sobre todo los de aquellos que habían partido jóvenes y, por lo tanto, sin haber disfrutado de muchas de las alegrías y deleites de la vida. Se suponía que por haber quedado sedientos de esos goces, volvían del más allá, como lo hacían, por ejemplo, las muchachas muertas antes de su matrimonio y con objetivos claros: raptar novios o bebés. La creencia decía que las personas muertas cuyos cuerpos no se descompanían en la tumba, se convertían en vampiros, palabra y concepto de origen eslavo. También decía que para impedir sus ataques era necesario clavar una estaca en la tumba, para asegurse de que atravesara el corazón del cadáver, o bien exhumarlo y cremarlo. Si bien la leyenda se difundió extensamente por Europa y Asia, se reconoce su origen eslavo y húngaro: son numerosos los testimonios datados en Hungría entre 1730 y 1735. 38

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El escenario ocupado por el conde Drácula y sus víctimas es una representación espectral de enorme claridad metafórica. Drácula representa lo opuesto a lo popular. Es un noble inmortal (eterno) que desde un tenebroso castillo feudal 30 domina por el terror anémico a sus miserables súbditos. Es la metáfora perfecta del dominio ancestral de una nobleza hereditaria (inmortal), expoliadora hasta la anemia. Siglos de sometimiento feudal fueron consolidando el mito fantasmal de una nobleza vampírica, eterna y omnipotente, dotada de colmillos chupasangre para desangrar una masa inerme e indefensa de súbditos subyugados.

Pero el análisis y la interpretación del sorpresivo rebrote actual del vampirismo está desconcertando a los analistas del presente, en el cual han desaparecido las leyendas, la nobleza, los castillos y los súbditos de antaño. Las interpretaciones modernas, en general, también son sociológicas, pero sugieren la problemática de una crisis dentro de otra crisis: la de la adolescencia y la crisis socio-económica.
¿En qué se parece un adolescente a un vampiro? Para la psicóloga Beatriz Goldberg, autora de "Tengo un adolescente en casa. ¿Qué hago?", buena parte del éxito de "Crepúsculo" se explica, precisamente, por la identificación del adolescente con el mundo vampírico. "El vampiro -dice- representa el mundo de lo prohibido, del erotismo, un mundo que fascina al chico que despierta al sexo y debe someter su deseo a las restricciones impuestas por los adultos. Por otra parte, el vampiro también es un trasgresor, alguien que no se ubica definitivamente ni en el mundo de los vivos ni en el de los muertos, sino que continuamente cruza la frontera. En un plano muy diferente, un adolescente también desea cruzar una frontera, quiere romper con un orden impuesto para crear el propio. Por eso es rebelde, se subleva contra sus padres y superiores en busca de su propia identidad que está en construcción. Su cuerpo se ha transformado y le cuesta reconocerlo como propio del mismo modo que los vampiros no pueden reconocerse en los espejos porque no se reflejan en ellos" 32.
Otro análisis interesante es el de Pablo Sirvén, en un artículo cuyo título y subtítulo son reveladores:
"Con vampiros tan controlados, el mundo sería otro. La fascinación teen por el libro Crepúsculo, ahora hecho película, tiene que ver con el erotismo contenido, verdadera rareza para esta época" 24.

Este título de interpretación sociológica se puede invertir así: "Con vampiros tan descontrolados (como los adultos que gobiernan hoy), el mundo es éste".

Y ante una crisis global de futuro incierto, originada en el descontrol absoluto de las normas ético-morales por parte de los gobernantes adultos, la obra presenta una pareja protagónica adolescente, capaz de ejercer un control absoluto sobre sus impulsos e instintos más primarios, como la sexualidad de ambos y el vampirismo de él. Una sutil lección de vida, que Sirvén destaca lacónicamente al escribir: "Con vampiros tan controlados, el mundo sería otro".
Es que en la "sociedad carnívora" 31 y en el "orden caníbal" 27 imperante, el pez grande se come al chico, el país mayor devora al menor y la empresa más fuerte fagocita la más débil. El instrumento del sistema es el dinero que circula, igual que la sangre, por el organismo social. Pero este sistema se encuentra amenazado por el acecho constante de vampiros "chupasangre" descontrolados: dirigentes políticos, funcionarios recaudadores, sindicalistas-empresarios, mafiosos, ladrones, estafadores y embaucadores de toda laya. Es el mundo real, dominado por vampiros insaciables de dinero ensangrentado.
De ahí el éxito instantáneo de la fantasía opuesta: un mundo imaginario también con vampiros, pero que han logrado desarrollar sentimientos y reprimir su instinto caníbal. Este alarde de erotismo mesurado, autocontrol personal y contención mutua es la gran originalidad de Crepúsculo, en oposición a lo que sucede en el mundo real. Esta "erótica de la abstinencia", además, es de inspiración religiosa. La autora de Crepúsculo es mormona militante, no fuma ni bebe y sostiene que carecer de adicciones es "ser verdaderamente libre". Sus vampiros se resisten, en una permanente lucha con su sed, a matar a otros hombres para seguir vivos. La autora dice: "Esa resistencia a la tentación es la metáfora que subyace en mis vampiros. No importa lo que decidas en la vida; lo que cuenta es saber que siempre hay otro camino y otra alternativa" 28. En este sentido, su novela permite otra metáfora: el crepúsculo de un capitalismo vampírico.
Se ha calificado a esta nueva versión vampírica, no sin ironía, como vampirismo no convencional o "posmo" 22 y, para los analistas sociológicos, sería la explicación del asombroso éxito actual del rebrote vampírico.
Sin embargo, esta explicación sociológica, sin desmerecerla, es incompleta y merece las mismas objeciones que se han hecho a las anteriores interpretaciones "metafísicas" o "sobrenaturales" de Drácula. Todas ellas eluden y omiten el análisis de la capacidad más aberrante de los vampiros: beber sangre humana, un acto de antropofagia, el tabú más primitivo y poderoso de la cultura. Esta capacidad, en Crepúsculo, aparece todavía más disimulada que en Drácula, porque los vampiros posmo controlan sus instintos y reprimen la ingestión de sangre humana.
Ya se ha dicho que haber disimulado el canibalismo fue la clave del éxito de Drácula; en el mismo sentido, haber reprimido el instinto hemato-antropofágico en la saga Crepúsculo, explica que su éxito haya sido explosivo y mucho mayor que el de Drácula.
Volviendo a las interpretaciones del mito, un enfoque antropológico no puede limitarse a una crisis coetánea ni a una deteminada edad personal. Debe abarcar lo humano sin límites históricos ni etarios, remontarse al pasado, incluso a la prehistoria, y no puede eludir ni negar la antropofagia ancestral ni la hemato-antropofagia del mito vampírico.
Así enfocada, la superstición del hombre-vampiro (como la del hombre-lobo) es fascinante, porque desplaza sobre un monstruo imaginario la ancestral tendencia carnívora-caníbal del hombre y alivia así la férrea represión impuesta por la cultura.
La inmensa difusión y popularidad de un mito tan irracional debe interpretarse entonces como la proyección* colectiva de la terrorífica herencia antropofágica de nuestra especie, que acecha en el inconciente colectivo. El chivo-emisario se convierte aquí en vampiro-emisario.
El escritor argentino Alberto Manguel, al reflexionar sobre el miedo que infunde otro monstruo célebre, el imaginado por Mary Shelley, afirma: "Hecho de tantos hombres, el monstruo del Dr. Víctor Frankenstein es, en parte al menos, nuestro espejo, reflejo de aquello que no queremos o no nos atrevemos a recordar. Por eso da miedo" 17. En el mismo sentido, Rick Owens, líder de la moda cuyas colecciones con matices góticos evocan a los no-muertos, opina que la atracción del vampiro "tiene que ver con la emoción de imaginar los monstruos que podríamos ser si simplemente nos dejáramos llevar. Todos estamos fascinados con la corrupción, cuanto más glamorosa, mejor, y con la idea de poseer, consumir y devorar a alguien que deseamos" 37.
Esta interpretación no niega los factores metafisicos o sobrenaturales, -ni las interpretaciones psico-sociológicas- del mito, pero descubre y destaca el elemento "físico" esencial del vampiro -la hemato-antropofagia-, omitida y negada por aberrante por todos los analistas. Esta revelación explica lo aparentemente inexplicable: cómo el mito de Drácula sigue vigente a pesar de los cambios histórico-sociales. Y su explicación más profunda es ancestral: el mito vampírico es tan poderoso y perdurable en la cultura, porque la antropofagia es su tabú más poderoso, una herencia precultural terrorífica e intolerable que, por lo tanto, es autocensurada y relegada al inconciente para "desaparecerla". Stephanie Meyer afirma que su novela tuvo origen en un sueño en el que se le apareció uno de estos seres de la noche. La propia autora confirma así que los vampiros se ocultan en el inconciente y son los emisarios de fantasías y deseos (la hemato-antropofagia), que no nos atrevemos a expresar en la vida diurna 32.
De ahí que casi no exista bibliografía sobre antropofagia, salvo excepciones notables, trabajosamente halladas, que confirman la regla 2,9. Pero su recuerdo persiste en el inconsciente colectivo y se proyecta, obstinadamente, en el irracional pánico al vampiro Drácula, un antropófago imperfecto, y a sus descendientes actuales posmodernos.

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* Proyección: concepto psicoanalítico que se aplica cuando el sujeto localiza en otro las cualidades, sentimientos o deseos que no reconoce o rechaza en sí mismo.
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Referencias

1. Aulicino J. Los orígenes de un mito. Entrevista con el vampiro. Bs. As.: Clarín, Ñ Revista de Cultura, nov. 26 de 2006, págs. 6-9.
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3. Attali J. El orden caníbal. Vida y muerte de la medicina. Barcelona: Planeta SA 1981.
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7. Bloch R, Hus A. Las Conquistas de la Arqueología. Madrid: Ed. Guadarrama, 2ª edición, 1974.
8. DPA Washington. Conductas caníbales en los Neanderthal. Bs. As.: La Nación, Ciencia/Salud, diciembre 6 de 2006.
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11. Wainstein GM. Cuentos que es mejor no leer antes de dormir. Bs. As.: La Nación, Última página, agosto 9 de 2006.
12. Argañaraz J. Berlusconi: "Los chinos hervían a los chicos". Bs. As.: Clarín, El mundo, marzo 29 de 2006.
13. Argañaraz J. Tensión Roma-Beijing. Berlusconi insiste: "Los chinos hervían a los niños". Bs. As.: Clarín, El mundo, marzo 30 de 2006.
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